Anna Delvey: la mujer que inauguró el nuevo modelo de delincuente del siglo XXI

Anna Delvey: la mujer que inauguró el nuevo modelo de delincuente del siglo XXI

Ella llevó la mentira al extremo y luego de estafar a la alta sociedad de Nueva York, está libre y publica en Instagram como si nada. 

Luz Lancheros, MWN

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Anna Sorokin, una simple muchacha rusa con aspiraciones de ser más de lo que era, elevó el engaño a la máxima potencia. Anna Delvey: la mujer que inauguró el nuevo modelo de delincuente del siglo XXI

Porque en la era digital, tener más de 40 mil seguidores en Instagram en la década pasada era un sinónimo de su legitimidad. Era solo una insignificante inmigrante rusa, que solo había trabajado en la revista Purple en París.

Pero se hacía pasar por la heredera de un magnate que transportaba petróleo de Rusia a Alemania y que esperaba su gran herencia para finales de 2017.

Anna Delvey: la mujer que inauguró el nuevo modelo de delincuente del siglo XXI

Ella quería inaugurar un centro de artes visuales y cultura, así como un club para personas con cierta exclusividad que nunca se llevó a cabo. Incluso llegó a hacerle creer a Gabriel Calatrava, hijo del afamado arquitecto Sergio Calatrava, que sus intenciones eran reales.

¿Pero cómo lo consiguió? 

A lo grande: apenas llegó de escribir en Purple en París, trabajó en sus oficinas en Nueva York y comenzó a gastar como si fuera una millonaria de verdad.

Se quedaba en costosos hoteles, gastaba costosas cenas –incluso coincidió con Macaulay Culkin en una de ellas–. Siempre traía ropa de marca. Siempre pedía las mejores cenas e incluso ya la conocía el personal de los lugares donde se hospedaba.

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Ni muy atractiva y muchas veces muy antipática (la recepcionista de uno de los hoteles que se quedaba narró a The Cut que hacía muchos comentarios clasistas), igual calaba en los altos círculos de moda de Nueva York por su estilo de vida ostentoso.

De hecho, gastaba hasta más de 500 dólares en pestañas postizas y alta peluquería. 

Daba propinas de 100 dólares y los empleados de los hoteles en los que se hospedó se peleaban por atenderla. Aparte, tenía a todos los que la conocían muy convencidos de que su padre le iba a dar su gran fideicomiso apenas cumpliera los 26 años.

Anna Delvey: la mujer que inauguró el nuevo modelo de delincuente del siglo XXI

Y la gente le creía: a su ex  amiga, la editora de fotografía de Vanity Fair, Rachel Deloache Williams, le cubría todo, cenas, invitaciones, etc. Incluso aparecía en los grandes eventos y así la gente creía que era quien era.

Todo era de lujo. Hasta que en 2017 se le cayó todo su montaje.

De hecho, por todas sus estafas, tuvo que pagar 224 mil dólares.

Fue acusada de falsificar documentos de bancos internacionales con un total de 60 millones de dólares. Ella dio información falsa para el City National Bank para asegurar 22 millones de dólares para la creación de su fundación.

Así, cuando ese banco le negó el préstamo, ella mostró los mismos documentos a Fortress Investment Group, que solo puso como condición que Anna diera 100 mil dólares para cubrir los gastos legales y otras diligencias.

Y de esa manera, usó dinero de cheques sin fondos entre distintos bancos –antes de que estos rebotaran– para costear su estilo de vida. De hecho, pagaba todo en efectivo. 

Se cae el castillo de naipes

Pero para 2017, todo rebotó. En un viaje con Rachel Deloache Williams, a Marruecos, no pudo pagar ni los tiquetes ni el hospedaje. De hecho, le quedó debiendo a la fotógrafa 62 mil dólares que jamás le pagó.

Y en todos los intentos para confrontarla, ya en últimas, Delvey (Sorokin) estaba en una situación desesperada: el último hotel al que no le pagó retuvo sus pertenencias. Dormía en el sofá de su entrenador personal y este y otra persona, más Deloache, la confrontaron.

Fue arrestada en Los Ángeles y en su juicio se vistió con un estilista que le dio las mejores marcas. Fue puesta en prisión en Rikers Island, con una condena que fue acortada por su buen comportamiento.

Luego, fue puesta en libertad condicional por mérito, condición legal extendida por 10 años.

Ya no puede abrir una cuenta sin supervisión y ha vuelto: restituyó a sus víctimas usando el dinero que Netflix le dio para la serie sobre su vida (320 mil dólares), que protagoniza Julie Garner.

Sus abogados dicen que lo que debía a los bancos equivale a una disputa civil y que no da para delito. Va a ser deportada, pero sigue en Nueva York y en Instagram tiene incluso más seguidores que antes (131 mil), donde sigue posteando sus fotos en Nueva York, y donde cita a Andy Warhol, además de que aparece en editoriales.

¿Cuál será el destino de Anna? Ella ha dicho: “el crimen sí paga”: y en este siglo donde la apariencia cuenta todo, ella ha demostrado que más allá del delito, si tiene aire de glamour y estilo, eso cuenta. 

¿Dónde seguirla? En IG: @theannadelvey y en Twitter: @theannadelvey 

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