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Los momentos más graciosos del inolvidable “Nicolás Mora”

Mario Duarte interpretó el peculiar personaje en Yo soy Betty, la fea.

Nicolás Mora
Archivo

La telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea es considerada uno de las más exitosas de todos los tiempos. La producción retransmitida por la plataforma Netflix, fue protagonizada por Ana María Orozco, cuyo personaje principal, Beatriz, tenía un mejor amigo muy peculiar: Nicolás Mora.

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A lo largo de la historia, al brillante pero poco agraciado economista le suceden algunos eventos que también lo hicieron destacar, como su amor platónico con «la peliteñida», Patricia Fernández, personaje que catapultó a la fama a la actriz Lorna Cepeda.

La primera conversación telefónica entre ambos fue uno de los momentos más graciosos de la exitosa producción. Él, sin saberlo, hablaba con el amor de su vida, quien del otro lado de la línea contestaba de manera indiferente y hasta desconfiada.

Para poder impresionarla, comienza a fingir que se encuentra en una oficina y a hablar de cuantiosas sumas de dinero. Ella comienza a interesarse un poco más en el diálogo y hasta le habla de forma amable. Al colgar la llamada, Nicolás comienza a brincar con euforia y a besar la fotografía de su amada, que lleva a todas partes.

¿Cómo olvidar la primera cita entre «Paty» y «Nicolás Mora», en el lujoso restaurante Le Noir. Ella, llevada por el interés de la supuesta fortuna de su acompañante, llega al lugar donde el imprudente Nicolás comienza a refunfuñar sobre el menú.

«¡Poquito y caro!», reclamaba Mora, pidiendo al mesero servir el plato con más comida, incluyendo arroz y dos huevos fritos. Finalmente, insistió en pagar la cuenta con chequera y unos sellos de manera informal, avergonzando a Patricia, quien no dejaba de reír de manera nerviosa.

Mario Duarte, el actor colombiano que dio vida a este peculiar personaje, ha dicho a los medios locales que «Nicolás Mora», ha sido muy especial en su carrera. Aunque un apasionado por la música, el actor se vio sorprendido de la aceptación del personaje con el cual solo tiene algo en común: la timidez.

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Otro de los episodios inolvidables de Nicolás Mora en Yo soy Betty, la fea, fue la noche apasionada con Patricia, quien interesada en el dinero para recuperar su Mercedes Benz, accede a acostarse con el feo. Él, finalmente, nervioso, ve cumplir su sueño con la rubia de Ecomoda.

Tal como le prometió a su amiga Betty, no le presta el dinero a Patricia Fernández y huye con la chequera tan anhelada por la materialista. Desde entonces, evade a su amor platónico y a toda velocidad se aleja, solo hasta que sucede el inesperado regreso a la famosa empresa.

Betty y Nicolás llegan al famoso restaurante Le Noir, perseguidos por el celoso de «Armando Mendoza». En medio del tenso momento, la protagonista y su mejor amigo comienzan a fingir su noviazgo mientras que «Don Armando» los observa escondido.

Betty reclama a Nicolás, «su novio», los engaños con Patricia Fernández. «¿Esa es la fama que tengo ahora? ¿De seductor?», preguntó el fiel amigo, pero la protagonista de manera irónica contesta: «De perro fiel, de infame» Acto seguido, ella lo obliga a tomarla de la mano y abrazarla de forma cariñosa para darle celos a su amado.

Nicolás siempre víctima de las burlas en el barrio y de la pandilla de Román. Tras entregar el lujos auto y dejar de vestir elegantemente dejando atrás la fachada de Terramoda, los vagos del barrio lo abordaron y comenzaron a molestarlo.

«Ser pobre es muy duro, más cuando uno fue rico, volver a la pobreza», se queja con Don Hermes, quien no lo duda para espantar a Román y su pandilla por burlarse de las ropas modestas de Nicolás. «Así, a pata, me tocó someterme», se queja el peculiar personaje.

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