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“Son unas Navidades sangrientas y muy feministas”: Imogen Poots

Considerada como una de las actrices británicas con más proyección en Hollywood, Imogen estrena estas navidades la película Black Christmas. Este es el segundo remake de la cinta original dirigida por Bob Clark en 1974

La actriz británica Imogen Poots debe parte del éxito de su carrera al director español Juan Carlos Fresnadillo, que la descubrió en la película 28 weeks later (2007). Desde entonces, Poots ha aparecido  en el drama Cracks (2009) y la comedia Solitary Man (2009). Su carrera ha ido ganando revoluciones con Fight Night, Sweet Virginia o Mobile Homes.

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Durante nuestra conversación sobre su nueva película, Black Christmas, la actriz sorprende por su madurez y la claridad con que parece enfrentarse a su carrera, no en vano lleva trabajando en esta industria desde la infancia.

Sophia Takal es la cineasta encargada de dirigir en este remake, cuyo guión coescribe junto a April Wolfe. La historia sigue a un grupo de chicas universitarias que deciden pasar sus vacaciones de Navidad en la residencia de estudiantes, pero lo que no saben es que ese lugar esconde un macabro secreto. Es la cuna de una perturbadora secta que hará todo lo posible para acabar con cada una de ellas.

¿Qué puede adelantarnos de Black Christmas?

–Son unas Navidades sangrientas y muy feministas. La película es un canto feminista dentro del genero de terror.  Tenemos una mujer tras las cámaras, dos guionistas mujeres y un elenco compuesto por mujeres. Son una sororidad de jóvenes que pelean contra la misoginia de una fraternidad. Me siento muy orgullosa de esta cinta

En Estados Unidos ha sido catalogado como un filme muy violento

–La idea era hacer un remake de terror con todos los ingredientes de la predecesora, como ha explicado April (guionista), el filme se escribió así desde el principio. Lo que hemos querido es conseguir una película que estuviera disponible para la audiencia joven femenina porque creíamos que era el momento oportuno. Estamos intentando mostrar a las chicas que también ellas pueden ser empoderadas gracias al género de terror, no necesariamente tienen que ser siempre las víctimas.

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¿Cómo es Riley Stone, su personaje y protagonista de la historia?

–Es una joven que no se da por vencida. No quiero adelantar mucho, pero, como actriz, me gusta unirme a mi personaje. Trato de fundir mi personalidad con la personalidad de quien estoy interpretando y así es como me imagino que tengo poder sobre ella. Es mi proceso de interpretación. Este filme me ha exigido entender el papel, saber en qué momento debía soltar mis emociones y cuándo debía contenerme.

¿Le gustan las películas de terror?

–Sí, me encanta el género de horror, pero no tanto los filmes sangrientos sino el terror psicológico que es mucho más interesante para mí. Lo que realmente me unió al proyecto fue el hecho de encontrarme ante una realizadora capaz de entender la humanidad desde una perspectiva distinta. Solo por cómo nos explicó su visión de la narración, mereció la pena trabajar con ella.

¿Cuesta encontrar personajes femeninos con sustancia?

–Como actriz me siento atraída hacia personajes determinados. A veces te sucede que la persona sobre la que estás leyendo se parece a ti o a alguien que conoces, o es una persona completamente diferente y por eso te atrae. Para mi, es inexplicable tratar de comprender mis razones, pero cuando entiendo un papel y sé que cuento con la colaboración de buenos directores, peleo por conseguirlo. En Black Christmas le debo a Sophia Takal su confianza por atreverse a contratarme. Sé que tengo mucha suerte porque no es fácil tener tantas oportunidades como yo he tenido sin haber salido de las fábricas de Disney o Nickelodeon.


 
Siendo inglesa, entiende las sororidades

–Yo he crecido en Inglaterra viendo series de televisión americanas. Por alguna razón que desconozco, sentía la necesidad de meterme en la piel de Riley, la entendía. Si has leído suficiente literatura norteamericana, si te gusta el cine y la televisión que se hacen en Hollywood y te educas en su historia, tener la oportunidad de dejar a un lado tu identidad británica para convertirte en una chica norteamericana, es maravilloso. A mí me encantó el reto.

¿Cree que el movimiento #MeToo contribuye a cambiar la imagen de la mujer fuerte en Hollywood?

–Realmente no sé lo que quiere decir eso. Está de moda hablar de personajes femeninos fuertes, pero la verdad es que las actrices queremos personajes complejos, en tres dimensiones. No sé por qué se relaciona tanto la fuerza con el interés que puede tener un personaje. Creo que en la industria de Hollywood hay todavía muchas cosas que deben cambiar. Falta libertad creativa y Black Christmas es una oportunidad de ver un filme de terror desde una perspectiva femenina

Usted ha estado haciendo teatro en Londres, ¿Disfruta con la experiencia de sentir al público cerca?

–Muchísimo. Cada noche es una experiencia mágica y distinta. Cuanto más repites la obra, mejor conoces al personaje.

¿Cual es su relación con la fama?

–Es complicada. Soy de esas actrices que prefieren desaparecer cuando no están trabajando o de promoción. Entiendo que es necesario mantener una imagen y que tu nombre sea atractivo para los productores. Pero eso es precisamente lo que más me cuesta. No soy una mujer que se deje llevar por el ego, ni por la vanidad. Nunca he sido esa clase de persona.

Antes de despedirnos, díganos si algún día cambiará Londres por Hollywood

–No lo sé. Aunque me gusta mucho América, aun me gusta más mi país. Allí están mis amigos, mi familia.

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