Gregory Wakeman / www.metro.us
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Rob Reiner no es el típico hombre de 70 años. Hay una inquietud y una energía «churchillianas» en el actor, escritor, director, productor, activista y tesoro nacional estadounidense de buena fe que podría revitalizar un cadáver.
Solo basta con mirar una vez su currículum de director para darse cuenta de que Reiner no es cualquiera. Nunca ha visto necesario hacer una secuela, y siempre fue pasando de género en género, definiéndose durante el viaje.
Para aquellos que necesitan un recordatorio de su valor, Reiner empezó en comedia (“This Is Spinal Tap”). Después, pasó a la mayoría de edad (“Stand By Me”), la fantasía (“The Princess Bride”), la comedia romántica (“The Sure Thing” y “When Harry Met Sally”), el terror (“Misery”), el drama legal (“A Few Good Men”), y esas son sus primeras seis películas como director.
“No es que yo sea así como ‘veamos si hacemos un thriller ahora, una comedia romántica, un cuento de hadas, una sátira, un drama romántico’. Yo lo que pienso es: ‘¿Cuál es la mejor manera de contar esta historia? Es una historia que me interesa, y ahí hay algo que me gustaría contar’”, dijo Reiner el mes pasado, cuando tuve el honor de compartir con él en el Hamptons International Film Festival.
Rob Reiner estaba participando en el festival para discutir sobre su decimonovena película como director, “LBJ”, un drama político sobre el repentino ascenso de Lyndon B. Johnson a la presidencia de Estados Unidos después del asesinato de John F. Kennedy. Reiner tiene una historia complicada con LBJ, y durante nuestra conversación admitió que solía despreciar al ex presidente de Estados Unidos. “Lo odiaba. Estaba en edad de reclutamiento en ese periodo y pude haber sido asesinado en Vietnam”.
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Sin embargo, «LBJ» evitar tocar la Guerra de Vietnam, a lo que Reiner se refiere como «lo negativo». En cambio, se enfoca en sacar a la humanidad de este individuo profundamente “complejo”.

“Tenía mucha fortaleza, era como un toro en una tienda china. Pero era tremendamente inseguro. Quise entrar en las complejidades de su funcionamiento interno, y tratar de mostrar qué tipo de persona era”.
“Para mí no es en realidad una película biográfica. Si es que fuera así, tendría que mostrar toda su historia. Quise mostrar qué se siente asumir la presidencia después de haberla deseado toda la vida. Pero no querías hacerlo de esta forma, porque te preocupaba que la gente no te quisiera”.
Woody Harrelson fue el hombre al que Reiner le encargó darle vida a Johnson. Y aunque Reiner admite que Harrelson tiene el sentido del humor y de “profunda” humanidad necesario para hacer que este LBJ “se sienta tridimensional”, y mucho más que una figura política reputada, la cualidad más atractiva de Harrelson para Reiner fue que él era de Texas. Porque, de acuerdo a Reiner, los tejanos comparten un parentesco que ayudó a que Harrelson “comprendiera” inmediatamente la “mentalidad” de Johnson.
La «ayuda» de Trump
Para Reiner, en todo caso, el mayor cambio de “LBJ” ocurrió dos meses después de que la película se estrenara en el TIFF, en septiembre de 2016, y casi un año después de su lanzamiento en el cine. Porque cuando Donald Trump fue electo presidente, cambió completamente la perspectiva de la película.
“Es una película totalmente distinta ahora. Y es bizarra”, declaró Reiner durante una conversación en el Hamptons International Film Festival justo antes de que yo hablara con él. “Con el paso de los años ha habido películas que al principio te gustaban. Pero cuando las ves de nuevo te gustan aún más. Es porque el tiempo ha pasado y has crecido y tienes una perspectiva distinta de la vida. Tuve esta experiencia con ‘It’s a Wonderful Life’. Me gustó, pero cuando me hice mayor, y vi cuán preciosa es la vida, la película tuvo un mayor significado para mí”.
“Una cosa similar me pasó después de poco tiempo con ‘LBJ’. La presentamos, al público le gustó y nosotros pensamos que era buena. Pero después pasó lo de la elección de esa persona… Ves esta película en el contexto de lo que un verdadero presidente fue capaz de lograr, y (en comparación con) esa persona en la Casa Blanca… Yo no le llamo presidente. No sé lo que es”.
“Pero una de las cosas que han sido desenterradas por su ascenso es el increíble cáncer del racismo, y él le dio un megáfono. “LBJ” llegó en ese momento, y tiene temas que deberían ser tratados en muchas películas distintas. Pero considerando dónde el país está ahora mismo toma una perspectiva muy diferente”.
En todo caso, el ascenso de Donald Trump solo le ha agregado una ventaja extra a «LBJ» haciéndola sentir aún más integral.
Aquí, la historia original de Metro.us