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Sembró una carnicería espantosa en las calles de Medellín, al pagar miles de dólares por cada policía muerto que hubiese en las calles. Eso dejó como resultado tan solo 400 policías muertos en 1990. Y no solo sus víctimas fueron los miles de colombianos anónimos que sufrieron sus venganzas: el candidato presidencial Luis Carlos Galán, el director de «El Espectador», Guillermo Cano, o Rodrigo Lara Bonilla fueron asesinados bajo sus órdenes, dejando al país cafetero en la desesperanza.
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Con heridas tan abiertas aún, sobre todo en un país donde su fantasma sigue teniendo una presencia aterradora, para muchos es indignante que Lina Tejeiro, actriz que tiene más de 600 mil seguidores en Instagram, aparezca con una camiseta del narcotraficante más tristemente célebre de la historia.
La joven fue cuestionada por esto. Muchos se indignan por su poca memoria histórica, por los muertos que dejó Escobar, por el hecho de olvidar que el hombre sembró verdadero terror hace más de veinte años. Muchos la cuestionan por su poco dolor de patria:
La marca que creó la pieza bloquea a todos los que les cuestionan. Esta también tiene vestimentas con estampados del Cartel de Medellín y el «Chapo».
Por otro lado, los fans de la actriz la apoyan. Y una de esas defensas fue la que puso Tejeiro, donde dice, prácticamente, que puede usar lo que quiera.
NarcoClothing y moda «políticamente incorrecta»
Pero de Escobar y lo que dejó no solo hay tours en la propia Medellín. Su hijo, Sebastián Marroquín, también tiene una línea llamada «Escobar Henao», donde no quiere hacer apología a los crímenes de su padre. Al contrario, desea mostrar paz a través de sus camisetas y jeans, que van desde los 90 hasta los 120 dólares.
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Por el lado opuesto está Michael Corleone Blanco, hijo de la temible Griselda Blanco, «La Viuda Negra», reina de la coca en Miami en los años 70 y 80, tan extravagante como sanguinaria. Sus lujos, la manera en que mató a sus parejas sentimentales, sus ejecuciones (partía a sus enemigos en pedazos y los dejaba en los pantanos de las Everglades) y el hecho de que quisiera secuestrar a John F. Kennedy Jr. también le dieron un aura de «leyenda». Su hijo tomó todo esto para crear la línea «Pure Blanco», donde la venera.
Asimismo, están las camisas que «El Chapo» hizo virales.
Todos estos casos oscilan entre el estupor de quienes se indignan por lo que hicieron estos criminales. Sobre todo por su desconocimiento histórico. Esto también sucede al otro lado del mundo, en Tailandia, donde Adolfo Hitler, el líder nazi que ocasionó la muerte de más de seis millones de judíos, homosexuales, polacos y gitanos en campos de concentración y provocó una de las guerras más sangrientas de la historia, sea un objeto «cute».
Hay uniformes nazis y camisetas donde el político es considerado una caricatura «tierna». Por supuesto, esto ha causado indignación en Occidente, pero en Tailandia argumentan que esa parte de la historia jamás la enseñaron.
Hoy en día, a pesar de la libertad de expresión y cosas como lo «políticamente incorrecto» expresadas en la moda, hay temas sensibles que hieren a los consumidores. Zara, involuntariamente, sacó una camiseta que recordaba a las pijamas de los campos de concentración. Esto ocasionó indignación viral. Urban Outfitters sacó otra prenda que rememoraba una masacre escolar. Por supuesto, esto causó la furia de un sector de la población estadounidense, donde este tipode tragedias suceden cotidianamente.