Octagón y Fuerza Guerrera protagonizaron una de las rivalidades más importantes de la década de los años 90.
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Sus combates traspasaron fronteras, fueron luchas estelares que protagonizaron los mejores carteles de las dos empresas de lucha libre más prestigiosas de México.
El origen de la rivalidad
Sin embargo, el Consejo Mundial de Lucha Libre vivió una de las mejores peleas en una noche de 1991.
Aquella velada fue protagonizada por estos dos guerreros del ring.
Octagón llegó como el ídolo de la afición; el esteta, que se había ganado con su carisma y talento al público, era el favorito en la contienda.
Por su parte, Fuerza Guerrera arribó al combate como un luchador con una gran trayectoria. Sus enfrentamientos en la década de los años 80, principalmente ante el Negro Casas, le dieron el valor para ser un luchador reconocido
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La lucha se alargó a las tres caídas, siendo la última en la que el “Amo de los Ocho Ángulos” logró rendir a su contrincante.
A partir de ahí, comenzó una rivalidad, que con el paso de los años se fue haciendo cada vez más fuerte, existía un odio deportivo importante.
Nunca llegó la lucha de apuesta
La afición del pancracio quería ver un duelo de máscara contra máscara; sobre todo, por las múltiples ocasiones en que Fuerza Guerrera humilló a Octagón.
Y es que, el luchador rudo utilizó la máscara de su rival a su favor, ya que lo amarró en varias ocasiones a la segunda cuerda del cuadrilátero.
La imagen de Octagón amarrado fue un clásico; además, en repetidas ocasiones era mirar al esteta sangrando, suplicando por ser liberado.
Aunque la lucha de apuesta nunca llegó, sí hay un antecedente en donde los estetas se jugaron las máscaras; sin embargo, fue un triangular, en el que Huracán Ramírez cayó y tuvo que revelar su identidad.
Hace algunos años, con la salida del “Amo de los Ocho Ángulos” de la Triple A, los aficionados del pancracio se ilusionaron con la posibilidad de ver a estos dos gladiadores en el ring nuevamente.
Sin embargo, hasta ahora no se ha podido concretar alguna lucha de apuestas, por lo que seguirá siendo una rivalidad inconclusa.