El romance volvió a encenderse entre la ciudad de Los Ángeles y los mexicanos.
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Julio Urías y Víctor González reanimaron la flama, y con su victoria en la Serie Mundial con los Dodgers trajeron el amor entre los angelinos y los aztecas.
Fernando Valenzuela abrió ell camino
La última jugada del encuentro fue el júbilo que necesitaba la afición, Urías lanzó para conseguir el out que recordó las grandes glorias que los mexicanos han alcanzado en esta ciudad.
El primer azteca en triunfar con un equipo de Los Ángeles fue Fernando Valenzuela, quien levantó los títulos de 1981 y 1988 con los Dodgers.
El zurdo demostró su gran talento, inventó la “Fernandomanía” y se consagró como uno de los mejores pitchers en la MLB en la década de los años 80.
Valenzuela demostró que los mexicanos estaban listos para destacar en las Grandes Ligas; además, abrió camino para que futuras generaciones pudieran brillar.
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Y así lo ha sido, desde que Fernando destacó en el béisbol cientos de mexicanos han continuado su legado.
Urías, también es zurdo, ha hecho recordar las grandes glorias del “Toro”; incluso, muchos expertos del “Rey de los Deportes” consideran que superará lo hecho por Valenzuela.
Desde Campos hasta Carlos Vela
Pero el béisbol no ha sido el único que le ha dado alegrías a la ciudad angelina.
El fútbol tiene su propia historia con los jugadores mexicanos, siendo Jorge Campos el precursor de todo ello.
Cuando la MLS estaba dando sus primeros pasos, el guardameta fue fichado por el Galaxy y aunque no destacó en la cancha, su carisma le trajo nuevos seguidores al club.
Carlos Vela llegó al torneo estadounidense para darle vida a la franquicia del LAFC.
Desde su llegada, «El Bombardero» tomó las riendas del equipo y se convirtió en el líder futbolístico, motivo por el que su entrenador Bob Bradley le dio el gafete de capitán.
El ariete llevó a la Final de Conferencia a su equipo, motivo por el que fue nombrado el MVP del campeonato la temporada pasada.
Aunque Javier “Chicharito” Hernández no ha tenido éxito en su paso por el Galaxy, su llegada sí representó un golpe mediático.