El llanto de los bebés puede ser bastante tormentoso, sin embargo, es importante tener paciencia y entender la situación porque aunque no parezca que es un simple gesto de malcriadez, al no saber hablar es la única forma que tiene de expresar algún sentimiento o dolores corporales, situación que sin dudas es la arma principal para poneros en ellos con sintonía y atacar lo que corresponda.
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Un estudio del Servicio de Neonatología del Hospital Clínic Barcelona y del IDIBAPS, en colaboración con la startup de tecnología sanitaria Zoundream AG especializada en análisis del llanto, clasificó los tipo de llanto y atribuirle características determinadas en función de la acústica, las señales de electroencefalografía (EEG), de saturación regional cerebral de oxígeno (NIRS), las expresiones faciales y los movimientos corporales, entre otros aspectos.
Tipos de llantos
- Hambre: Es constante, rítmico, de corta duración, intenso y ruidoso, pero no agudo, y puede generar variadas expresiones faciales y movimientos corporales destinados a llamar la atención del cuidador.
- Angustia: Tiene pocas pausas, es errático y más agudo. Mientras que el llanto por gases es parecido a este último, pero más ronco, debido a la tensión que se ejerce sobre las cuerdas vocales.
- Sueño: Es de larga duración, con gritos prolongados y monótonos que presentan una clara melodía decadente, mientras que el llanto por demanda de atención es muy parecido, aunque parezca más un lamento que un llanto real y su interpretación depende mucho del contexto en el que se presente.
Los resultados publicados en Science Direct también explican que los bebés lloran una media de entre una hora y media y tres horas al día y su llanto puede tener importantes efectos en sus padres que llegan a experimentar ansiedad, depresión, impotencia, ira y frustración, lo que influye negativamente en el vínculo afectivo con el bebé y podría afectar a su cuidado y al proceso de desarrollo neurológico del niño.