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Kintsugi: filosofía japonesa ideal para superar problemas emocionales

Sanar heridas puede ser bastante difícil, pero no es imposible

La felicidad también es compartida
La felicidad también es compartida (Freepik)

La psicóloga española Valeria Sabater, explicó en un reportaje difundido en Psychological Medicine, de qué trata y cuales son las características que identifican al Kintsugi, un técnica artística que consiste en reparar y superar distintos problemas emocionales.

Kintsugi significa “reparación de oro” y su finalidad es arreglar fracturas de las piezas de cerámica con barniz de resina mezclado con polvo de oro o plata. Basado en esto, existe en el país asiático una filosofía que impregna sabiduría para quienes lo implementan en sus vidas.

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6 características que explican el Kintsugi

  1. Transformación en la adversidad. Cuando sanamos nuestras heridas psicológicas, también damos paso a una bella transformación. Crecemos tras las adversidades y, sobre todo, al afrontar los desafíos emocionales que se derivan de ellos. Estas experiencias son auténticas catalizadoras para nuestro crecimiento personal y tu autoconocimiento. La resiliencia psicológica se nutre de forma directa de este mismo mecanismo.
  2. Aceptación de nuestra historia. De manera muy similar, nuestras cicatrices emocionales y experiencias menos amables trazan también el ser especial que somos hoy. Aprender a valorar y respetar nuestro propio pasado, sea cual sea, es fundamental para la sanación mental.
  3. Conexión con uno mismo. El acto de sanar facilita que volvamos a recomponernos mediante un delicado proceso de autorreflexión y autocompasión. Después del sufrimiento, de las decepciones, pérdidas y luchas, la mayoría de nosotros logra levantarse de nuevo con la esperanza renovada.
  4. Celebrar la imperfección. Esta filosofía japonesa nos enseña que la belleza también se encuentra en las imperfecciones. Hay que aceptar que, a veces, las relaciones se rompen. Hay que asumir que las decepciones son frecuentes y que lo que hoy damos por seguro, mañana puede cambiar.
  5. La herida, un marcador de esperanza. El psicólogo Tomás Navarro en el libro Kintsukuroi: El arte de curar heridas emocionales, nos enseña enseña que toda pieza reconstruida con este arte, es un símbolo de fragilidad, pero también de fortaleza y de belleza.
  6. Reconstrucción mental. A veces, cuando somos testigos de cómo algo que amábamos se pierde, aprendemos a valorar la vida con mayor intensidad. Es cierto que determinados hechos nos fragmentaron el corazón, es verdad que estamos hechos de cicatrices invisibles que solo nosotros sabemos que están ahí, pero el arte de la sanación nos deja una lección que aprendimos a la fuerza.

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