En las últimas tres décadas la industria alimentaria se vio impactada ante el pedido constante y reiterativo en la disminución de altas cantidades de grasas saturadas, sin embargo, informes indican que en la actualidad los grandes cambios esperados no ha sido posible ya que se incrementó el consumo de azúcares y con esto, se sumó indudablemente otra problemática para la salud.
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Ante las problemáticas, un nuevo estudio publicado en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, y desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania, explicó cómo eliminar la mayor cantidad posible de grasas saturadas, sal y azúcar, manteniendo el sabor de los alimentos más populares de los Estados Unidos.
Tips para una mejor alimentación
En línea general, el tips sería más fácil de lo que parece, ya que se centra en reemplazar los nutrientes excesivos por hierbas y especias saludables, dándole un equilibrio adecuado priorizando también el sabor.
“Si queremos que la gente consuma comida sana, debe tener buen sabor. Por ello, es tan importante nuestro hallazgo de que los participantes preferían algunas recetas en las cuales la mayor parte de la grasa saturada y la sal se habían reemplazado por hierbas y especias”, expresó la profesora asociada de ciencias nutricionales, Kristina Petersen, quien además señaló que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de mortalidad a nivel mundial y que limitar la ingesta de grasas saturadas y sodio son recomendaciones clave para reducir su riesgo.
Los especialistas usaron una base de datos representativa a nivel nacional de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la llamada Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, con el objetivo de identificar alimentos más populares que suelen poseer una elevada cantidad de sodio, azúcares añadidos y grasas saturadas.
Se desarrollaron tres versiones de recetas:
1. Cantidades típicas de grasa saturada, azúcar y sal.
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2. Una versión mejorada donde se eliminaba el exceso de grasas saturadas, azúcar y sal.
3. Igual que la segunda, pero con hierbas y especias agregadas, como ajo en polvo, semillas de mostaza molidas, cayena, comino, romero, tomillo, canela y extracto de vainilla.
Las conclusiones demostraron que es posible una reducción significativa del consumo excesivo de nutrientes modificando recetas populares y que estos cambios fueron aceptables por los consumidores. “Esto sugiere que se deben realizar más investigaciones para ver cómo implementar esto de manera más amplia, cómo educar a las personas para que realicen este tipo de cambios”, indicó la doctora Petersen.
