El miedo, aunque se quiera evitar a toda costa, es un sentimiento que siempre está y estará en la vida de cada ser humano, por eso es de tan importancia saber convivirlo y controlarlo, sin embargo, es también fundamental cuando es de manera excesiva e irracional, porque entonces ya esto significa que trata sobre una fobia y ahí, la cosa se puede complicar.
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De no controlarse como corresponde, las fobias son capaces de alterar por completo y de manera negativa la conducta humana. Uno de los más comunes es que impactan la salud mental es la nictofobia, término utilizado para referirse al miedo intenso a la oscuridad y las personas que la sufren experimentan un temor abrumador y persistente cuando están en lugares oscuros o cuando no hay suficiente luz para ver con claridad.
Vencer el miedo a la oscuridad
La nictofobia impacta la calidad de vida de quienes la padecen al limitar las actividades nocturnas y generar una sensación constante de malestar o inseguridad. Las causas del temor a la oscuridad son diversas, desde experiencias traumáticas en la infancia, hasta factores genéticos y predisposición a desarrollar fobias.
El contenido de películas, programas de televisión o libros que representan la oscuridad de manera negativa o aterradora influye en la nictofobia. El miedo acarrea diversas consecuencias en la vida de quienes lo padecen, interfiriendo en los siguientes aspectos:
· Sensación constante de ansiedad y estrés.
· Calidad del sueño de una persona.
· Restricción de actividades nocturnas.
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Tratamientos
1. Terapia de aceptación y compromiso: Se centra en aceptar las emociones y los pensamientos relacionados con el miedo, mientras la persona se compromete a tomar acciones orientadas a los valores y metas personales.
2. Terapia de exposición: A través de esta técnica, las personas aprenden a confrontar sus temores de manera segura, lo que puede disminuir la ansiedad y la reacción de miedo.
3. Terapia de desensibilización sistemática: Esta se enfoca en la relajación progresiva mientras se imaginan de modo sucesivo situaciones temidas. Este método contribuye a reducir la ansiedad y facilita la adaptación a eventos que antes resultaban abrumadores.
4. Terapia cognitivo-conductual (TCC): Se enfoca en identificar y cambiar pensamientos negativos y creencias irracionales relacionadas con el miedo, así como en enfrentar poco a poco las situaciones temidas, para desensibilizar la respuesta de ansiedad.