Lograr el éxito es un camino largo, pero cuando se consigue genera una enorme satisfacción personal. Sin embargo, también es cierto que, si no se está preparado para convivir y sostenerlo, puede ser un verdadero problema de salud mental que desembarca en un importante bajón en el estado de ánimo.
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Muchos son los grandes ejemplos de distintas personalidades públicas las que estuvieron rodeado de éxitos y fama, no obstante, lejos de ser una felicidad fue un verdadero karma e incluso, existe el ejemplo del cantante de Nirvana, Kurt Cobain, y del comediante Robin Williams, que sus desenlaces lamentablemente fueron fatales debido a la problemática.
Éxito y depresión
La licenciada en Psicología, Carolina Sorondo, explicó el medio Bienestar, algunas de las razones del por qué cuando se encuentra finalmente el éxito, ésta puede estar acompañada por distintos niveles de depresión, situación que tiene que ser atacado a tiempo antes de que se generen importantes problemas en la salud mental.
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La especialista se basó en un histórico estudio comandado por Sigmund Freud, el cual detalló en un artículo sobre las personas que fracasan cuando obtienen en el éxito: “A veces, es muy común que las personas cuando logran sus deseos, no están preparadas para sostener los logros y ahí aparecen ciertas depresiones, tristezas o duelos que no se hicieron en su momento y que aparecen en ese momento de mayor estrés”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), expresa desde el año 2000 que la depresión es una de las enfermedades más discapacitantes en todo el planeta, ya que más de 450 millones de personas padecen depresión en el mundo. Es probable que las cifras expuestas sean mucho más ya que el dato se dio antes de la pandemia por el COVID-19.
Niveles de depresión
Sorondo señaló que hay tres niveles de depresión: el primero permite seguir trabajando, pero con mucho esfuerzo. El segundo y tercer niveles son los más incapacitantes porque si los síntomas duran más de 15 días, se entra en nivel de depresión medio o alto y se experimentan algunos síntomas como el desgano, alteración del sueño, falta de interés por todo, disminución del nivel de energía en un 80%, baja de autoestima, pérdida en la capacidad de concentración y resolución de problemas y cambios en el apetito.