Joven se lleva a su perro a una discoteca y se hace viral

Solo 8 segundos bastan para que se arme un alboroto en redes sociales alrededor de una historia. Se trata de una joven que se llevó a su perrito a una discoteca porque no tenía con quien dejarlo.

Para no perderse la fiesta, prefirió cargar con la mascota al lugar atestado de gente y con bastante ruido para disfrutar de la noche. A parecer no era la primera vez que lo hacía ya que el perro se veía bastante relajado, casi durmiéndose.

“Pobre perrito”

“Adoptado, pero a qué costo”; “Pobre perrito. Ellos tienen el oído más agudo que nosotros”; “Yo el mío también lo he sacado así”; “Lo que tengo que hacer por i purina”; “Pobre perrito”, fueron los comentarios dejados en la publicación que ya acumula 5.1 millones de reproducciones en la cuenta de TikTok @felixcoorslight

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Varios medios, incluido Semana, publicaron el momento. En el video se ve a la mujer bailando mientras que el perro aparece metido en el kennel con la cabeza afuera. Brevemente se puede observar que al fondo hay un escenario, humo, licor y muchas personas bailando.

@felixcoorslight
#puppy #mydog #miperro #bestfriend #bestie
♬ original sound - Felix Coorslight

“Mi mamá: no creo que salga, esta chamaca no tiene con quién dejar al perro”, se lee en la publicación a modo de chiste.

Sensibles al ruido

La pérdida de la audición no es una condición exclusiva en humanos. Otros animales también experimentan estos daños, en especial las mascotas cuando se exponen a entornos que no son naturales.

Muchos dueños comenten “excesos de humanización” al involucrar a sus mascotas en sitios que los altera o los afecta de alguna forma, como discotecas, estadios, prácticas de tiro o competencias de motos o autos. Con el tiempo, los perros que frecuentan estos sitios van a reducir su capacidad para entender órdenes y se pensará que no quieren obedecer, cuando lo que ocurre es que están sordos.

“Con mayor frecuencia, la pérdida auditiva inducida por el ruido resulta del daño a las células ciliadas de la cóclea que vibran en respuesta a las ondas sonoras. Sin embargo, el ruido extremo también puede dañar el tímpano y los huesos pequeños dentro del oído interno, llamados huesecillos”, afirma la neuróloga veterinaria Kari Foss, citó un informe de Diario Veterinario.