Las plantas cada vez están tomando más presencia en los hogares y los lugares de trabajos, con las tendencias de las suculentas abundando cada vez más.
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Pero, dependiendo de la especia, las plantas necesitan una serie de cuidados los cuáles se deben ajustar a unas reglas comunes que se deben respetar al pie de la letra para garantizar su bienestar.
Una de las cosas a las que se le debe prestar especial atención será al riego, que habrá que tener en cuenta el tipo de ejemplar, la frecuencia con la que hacemos esta tarea de jardinería, el sustrato e incluso la maceta seleccionada.
Conocer las necesidades de cada una de las plantas que buscamos cuidar, es vital para que duren más tiempo. En primer lugar, el error más común que se suele cometer es creer que todas las plantas son iguales, ya que cada una necesita distintos mimos, teniendo en cuenta su humedad ambiental, la luz que requiere y la temperatura que prefiere.
Será muy importante diferenciar cuáles son aquellas plantas en el jardín que necesitan ser regadas constantemente y con abundante agua, tal como sucede con las suculentas por ejemplo, o los cactus, que requieren poco riego. De lo contrario, los ejemplares se encharcarán, sus raíces no podrán respirar y tendremos una saturación de humedad que podrán hacer que la planta desarrolle enfermedades fúngicas.
También habrá que poner ojo en el sustrato utilizado, ya que responden a distintas necesidades específicas de cada ejemplar. Ya que, por ejemplo, existen plantas que necesitan de un buen drenaje y otras que requieren que su tierra sea mezclada con arena para conseguir que el agua no quede estancada en la maceta.
Por último, este trabajo de jardinería deberá estudiar el tamaño de la maceta, ya que si es pequeña no tendrá el espacio necesario para el riego ni mucho menos para que las plantas crezcan. Por lo tanto, la recomendación será sacarlas del tiesto, aflojar un poco la tierra, separar las raíces y trasplantarla a otro macetero más grande.