Estilo de Vida

Aprende a no encasillar a tus hijos con etiquetas

Especialistas en crianza nos explican cómo hacerlo.

Los niños y adolescentes son muy sensibles, además están formando un concepto de quiénes son, y por ello toman como cierto todo lo que sus padres y cuidadores decimos acerca de ellos.

Según la cuenta de Instagram especializada en crianza, Red Mamasel asunto con las etiquetas es que es muy fácil ponerlas. Por ejemplo, le decimos al niño “eres un grosero” o a la niña “eres una gritona” y éstos son calificativos que van encasillando a nuestros hijos y los limitan, porque les hacen creer que son como esas etiquetas y que por más esfuerzos que hagan no van a poder cambiar”.

En ese sentido, sin darnos cuenta estamos reforzando esos comportamientos que no queremos ver en ellos, dejando debajo de todo ello niños con baja autoestima, desmotivados, con pensamientos del tipo: “yo no sirvo para nada”, “no soy suficiente”, “todo lo hago mal” y que pueden generar en ellos una actitud negativa, de rebeldía hacia los demás.

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Pero… ¡Hay buenas noticias! Esto puede cambiar si intentas, por ejemplo, en vez decir, “eres desordenada”, puedes decir “tu habitación está desordenada” o, cambia y no digas “eres un grosero”, di: “esa palabra no es amable”.

De esta forma, estarás corrigiendo la conducta, haciendo énfasis precisamente en la conducta y no en la personalidad del niño.

Como se acotó anteriormente, etiquetar continuamente a los niños puede bajar su autoestima, así que veamos cuáles son los síntomas de los infantes con este problema según el sitio web El Blog Infantil.

¿Cuáles son los signos que puedes observar?

1. Dependencia respecto de sus figuras de referencia. Ante la inseguridad que siente en sí mismo, busca el acompañamiento constante. También puede mostrar el síntoma de la negatividad en el comienzo de una nueva actividad que rompe con su zona de confort. Por ejemplo, pronto surge el desánimo ante una posible dificultad.

2. Bajo rendimiento académico. La percepción que el niño tiene de sí mismo también influye en la forma en la que afronta los nuevos objetivos de aprendizaje. Siempre es importante mantener un contacto frecuente y actualizado con el tutor del niño.

3. Tristeza y desánimo. La baja autoestima puede propiciar un estado de ánimo que se encuentra alineado de manera frecuente con las características propias de estas variables.

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