Cuando somos niños nuestros padres nos previenen sobre la aparición de caries dentales: ¡No mastiques chicles!, ¡Cepíllate después de comer!, ¡No te acuestes con los dientes sucios!
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Pero puede pasar que durante el desarrollo de nuestra vida cometamos desajustes: en la adolescencia mantenemos la costumbre, por ejemplo, de acostarnos con la boca sucia. Llegamos a la adultez y surge el café. Allí empezamos a conocer el platino, la corona y el puente.
Ya adultos mayores, el temor se asocia más con la pérdida de los dientes que con la aparición de caries. Según la publicación Vecino Saludable, en este momento cuando pensamos, erróneamente, que mantener nuestras piezas dentales completas al llegar a la vejez es algo imposible.
Salvo en casos de accidentes o de ciertas enfermedades, llegar a viejitos con nuestros dientes en perfectas condiciones es posible si empleamos una higiene bucal adecuada y visitamos al odontólogo con periodicidad.
Típicas afecciones a la tercera edad
- Boca seca: causada por la ingesta de algunos medicamentos como los analgésicos.
- Gingivitis: inflamación de las encías que comienza cuando las bacterias se unen a los dientes a través de la placa dental.
- Periodontitis: el hueso y las fibras que sostienen los dientes en su lugar sufren daños, lo que puede hacer que las piezas dentales se dañen o se aflojen.
- Sensibilidad dentaria: debido al desgaste natural de los dientes por su uso durante tantos años.
Todo tiene solución
- Mantener una adecuada higiene bucal de la cual hemos hablado en artículos anteriores.
- Revisar las restauraciones. Tal vez alguna deba ser reparada o cambiada. Una restauración después de 10-15 años ya cumplió su función.
- Uso de prótesis en caso de que se pierda alguna pieza dentaria.
- La recomendación de oro es que asista al dentista con periodicidad.