Estilo de Vida

La atípica manera de dormir en la Edad Media

Son muy pocos lo que saben esta extraña forma de descaso

¿Te gusta dormir ininterrumpidamente? ¿Eres de las personas con sueño profundo? Si es así, entonces menos mal que no viviste en el Edad Media porque las formas en que se hacía de seguro te garantizaban pasarla mal. ¡Entérate como era!

Descubrimiento del hallazgo

Las acostumbradas seis y ocho horas de descanso era muy diferente a los tiempos pasados. Todo comienza cuando el historiador Roger Ekirch, halló en la Oficina de Registro Público de Londres a principios de la década de 1990 varios testimonios un tanto llamativos.

Entre lo que más llamó su atención fue el término “primer sueño”, situación que lo llevó a suponer que, si había un “primero”, matemáticamente tenía que existir un “segundo”. Su presunción fue acertada y con el tiempo de investigación descubrió que el descanso nocturno se hacía en dos partes.

Las famosas ediciones de “Los cuentos de Canterbury”, de Geoffrey Chaucer (escrita entre los años 1387 y 1400), fue determinante en el descubrimiento, ya que se reflejó muchas veces el ejemplo que pasó por décadas y siglos desapercibido en los libros, obras de teatros y diarios inspirado en las historias.

Sueño doble o “bifásico”

Es más fácil para el ciudadano común la terminología “sueño doble”, pero científicamente esta anormalidad se conoció como “bifásico”.

Para entender un poco mejor el sueño bifásico, se trataba de que alrededor de las 21 y 23 horas las personas se recostaban en unos rudimentarios colchones, rellenos de paja o trapos generalmente, y de plumas en el caso de los más ricos. Un momento para, en muchos casos, dormir en comunidad con familiares, amigos o incluso hasta extraños.

Reglamentación

Aunque parezca loco, nada fue improvisado y se regían importantes reglas para su desarrollo. Existían posiciones previamente fijadas: las niñas a un lado de la cama, el más cercano a la pared, seguidas por la madre y el padre. Después, los niños varones ordenados por edad y tras ellos los que no eran miembros de la familia.

A mitad de la madrugada todos tenían que despertarse para realizar tareas designadas como por ejemplo recargar la leña de la chimenea, limpieza de casa, otros se iban a sus trabajos nocturnos e incluso se podía socializar con los extraños.

El proceso duraba dos horas como máximo y en ese entonces se volvía a conciliar el sueño hasta el amanecer del próximo día. La segunda etapa se denominaba “mañanero”.

Otras regiones que lo practicaban

Gran Bretaña no fue la única región en realizar esta extraña modalidad, por ejemplo, en Italia se conocía como “primo sonno” y en Francia, “premier Somme”. También se descubrió que varios países de Asia, África y Australia practicaron por años el atípico sueño bifásico.

Tags

Lo Último


Te recomendamos