ESPN y Netflix estrenaron en el 2020 la serie documental “The Last Dance”, que muestra cómo el equipo de baloncesto Chicago Bulls logró obtener su sexto título de la NBA en la temporada 1997-98.
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Esta producción consiguió desde su estreno cautivar a los espectadores, llegando a romper récords de sintonía en el canal deportivo y acumulando millones de reproducciones en la plataforma de streaming.
Pero muchos se preguntan cómo logró el director Jason Hehir armar una serie deportiva que generará tanto interés en el público, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los eventos deportivos se disfrutan más en vivo.
Michael Jordan y su equipo lograron convertir a “The Last Dance” en la mejor serie deportiva
“The Last Dance” mostró material inédito y “tras bambalinas” de la última temporada de Michael Jordan en los Chicago Bulls, por lo que además de enseñarnos toda su preparación, también se vio las rivalidades y conflictos que sucedían en ese tiempo.
Fue en esa temporada que Michael Jordan logró terminar de construir su leyenda y hasta ahora ningún otro jugador de fútbol se le compara, y por eso la serie resulta tan fascinante.
No obstante, él solo no logró obtener el sexto título de la NBA para los Chicago Bulls, por eso, además de exaltar la figura del legendario jugador, “The Last Dance” también le da créditos al entrenador Phil Jackson y a sus compañeros.
Scottie Pippen era el segundo mejor jugador del equipo, lo que lo volvía el mejor compañero para Michael Jordan, que reconoce que se limitó para no acabar lesionado, así que ayudaba a los mejores a resaltar.
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Otro sorprendente aspecto que enseñan en “The Last Dance” era el excelente jugador y compañero que fue Dennis Rodman, el apodado chico malo del baloncesto, siempre y cuando no le exigieran ser el mejor todo el tiempo.
El entrenador Phil Jackson fue otra figura importante en la serie, pues era alguien inconforme que siempre les exigía más a sus jugadores y muchos consideran que eso los ayudó a ganar.
Por último, la aparición de Kobe Bryant, quien después de jugar contra Michael Jordan, en los vestuarios vaticinó que su “sucesor espiritual” le haría frente a los mejores.
Además, el fallecido basquetbolista reconoció que Jordan fue un gran mentor para él, pues le dio muchos consejos y lo ayudó a brillar cuando la NBA contaba con grandes y reconocidos jugadores con mucha más experiencia que él cuando comenzó.