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Sammis Reyes recordó su dura adolescencia mientras luchaba para ser un deportista profesional

“Estaba viviendo solo en un casa, no tenía para comer, no tenía cómo transportarme”, reveló el primer chileno en la historia en jugar en la NFL.

Sammis Reyes | Captura: La Junta
Sammis Reyes Captura: La Junta

El chileno que se destaca en el fútbol americano, Sammis Reyes, en donde se destacó por ser el primer compatriota en el NFL de Estados Unidos. Él estuvo presente en el programa de Youtube de Julio César Rodríguez, “La Junta”, habló de su historia de vida y la dura adolescencia mientras comenzaba su carrera deportiva.

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Él recordó cuando se fue a los 14 años se fue solo a Estados Unidos, “tuve que hacerme valer por mí mismo, no tenía familia allá, no tenía plata, pasé por cosas súper difíciles”, comenzó a relatar. “Imagínate un niño de 14 años que se va del país sin plata, donde no habla el idioma y se mete en un colegio que literalmente era el peor colegio del estado de La Florida”, agregó. Sammis se fue del país para ser el primer chileno basquetbolista seleccionado en la NBA, pero las vueltas de la vida lo llevaron a la NFL.

Reyes contó que tenía otro amigo chileno que todavía mantiene, que también estaba con él en esa época, “entrenábamos, motivados. No nos metíamos en problemas. Estábamos en un colegio de deportista”, señaló. El colegio cerró, su amigo se fue y él se quedó alrededor de 4 meses solo porque no tenía plata para volver, pero Sammis no le contó esto a sus padres.

A los 16 años fue adoptado por la familia de Steve Rifkind, un productor musical, después de que Sammis se hiciera amigo de su hijo con quien jugaba en un equipo de basketball y viera su situación de vida. “Se dio cuenta que estaba viviendo solo en un casa, no tenía para comer, no tenía cómo transportarme, y estaba sin papás mientras todos pensaba que estaba bien, pero estaba todo horrible”, señaló.

El relato de Sammis

Al ser consultado si no tenía para comer, Sammis Reyes señaló que muchas veces estuvo en esa situación. Sus padres le mandaban 50 dólares al mes, lo cual no le alcanzaba para mucho. Su familia pensaba que el colegio le daba para comer, pero ese no era el caso.

“Me compraba un tarro de porotos que costaba un dólar, me compraba un tarro de proteínas porque quería ser fuerte y musculoso, que costaba 15 dólares. El resto lo gastaba en un lugar que estaba cerca de mi casa donde vendían donas, y al final del día, yo sabía que antes que cerraran las botaban, pero con un dólar me llevaba las sobras. Así que siempre me iba con una caja de donas a la casa y mataba los dos días”, reveló el deportista.

Andaba por aquí y por allá, a la vida, siempre entrenando y siempre enfocado. No quería estar más en esa situación, me daba rabia estar en esa situación incómoda donde dependía de mucha gente. Eso me dio un fuego interno, y dije que esto dependía 100% de mí”, contó Reyes.

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