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Comité Olímpico Internacional prepara polémico anuncio: implementar pruebas de sexo en las competencias femeninas

La nueva presidenta del COI, Kirsty Coventry, promueve la adopción de pruebas genéticas para todas las mujeres que deseen participar en los Juegos Olímpicos.

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La boxeadora argelina Imane Khelif (derecha) junto a la italiana Angela Carini tras su pelea en al categoría de 66kg en los Juegos de Olímpicos el 1 de agosto de 2024, en París, Francia. (John Locher/AP)

El Comité Olímpico Internacional (COI) avanza en la recuperación de los antiguos controles de verificación de sexo en el deporte femenino, una medida que había sido descartada desde principios de los años noventa. Según informó el periodista Carlos Arribas en El País (España), la presidenta del COI, Kirsty Coventry, promueve la adopción de pruebas genéticas obligatorias para todas las mujeres que deseen participar en futuras ediciones de los Juegos Olímpicos. La intención oficial de esta propuesta es, según sus declaraciones, “proteger la categoría femenina”.

Este nuevo enfoque podría anunciarse formalmente a comienzos de 2026, después de los Juegos de Invierno que se celebrarán en Milán-Cortina, y respondería a una tendencia ya iniciada por la Federación Mundial de Atletismo.

Durante los últimos Mundiales en Tokio, la World Athletics comenzó a requerir a las atletas un test PCR con el fin de detectar el gen SRY, presente en el cromosoma Y, vinculado al desarrollo biológico masculino. Las deportistas que no superen este análisis quedarían fuera de las competiciones femeninas internacionales. Esto afectaría tanto a mujeres transgénero como a atletas con diferencias en el desarrollo sexual (DSD).

El debate resurge tras polémicas en los últimos Juegos Olímpicos

La discusión sobre los criterios de elegibilidad en el deporte femenino recobró fuerza tras varias controversias durante la última edición de los Juegos Olímpicos en París. La victoria de la boxeadora argelina Imane Khelif, que se llevó el oro en la categoría de 66 kilos, fue duramente cuestionada, especialmente por sectores de extrema derecha. También se generó revuelo en redes sociales en torno al triunfo de la taiwanesa Lin Yu-ting, campeona en la categoría de 57 kilos.


Las críticas más severas hacia Khelif provinieron incluso de Donald Trump, quien hace unos meses llegó a anunciar su intención de imponer controles estrictos de género de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, con el objetivo declarado de impedir la participación de “hombres biológicos” en pruebas femeninas.

En respuesta a estas crecientes tensiones, Kirsty Coventry promovió la creación de una comisión especial encabezada por la nueva responsable médica del COI, Jane Thornton. La médica canadiense y exremera olímpica presentó un informe técnico sobre las posibles ventajas físicas adquiridas durante la pubertad masculina.

Cambios en los controles de elegibilidad

El estudio liderado por Thornton concluye, según medios británicos, que ciertos beneficios físicos asociados al sexo masculino de nacimiento persisten aun después de tratamientos hormonales para reducir la testosterona. Este hallazgo ha dado impulso a una nueva línea normativa que busca abandonar el modelo actual —basado en niveles hormonales máximos— en favor de pruebas genéticas más concluyentes.

Hasta el momento, el COI dejaba en manos de cada federación deportiva la decisión sobre la elegibilidad de atletas trans o con DSD, utilizando el nivel de testosterona como referencia orientativa. Bajo ese esquema, algunas deportistas debían someterse a tratamientos médicos para reducir sus niveles hormonales, una exigencia que en varios casos causó efectos secundarios graves, tanto físicos como emocionales, y derivó en el abandono del deporte profesional.

La nueva política que se está considerando tiene como objetivo establecer un criterio unificado y cerrar de manera definitiva el acceso a la categoría femenina para quienes no cumplan con los futuros requisitos genéticos.

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