Como un cuadro que se cuelga en el Louvre, la UEFA tiene la obligación de inmortalizar la serie de semifinales que acaban de protagonizar el Inter de Milán y Barcelona, con dos partidos inolvidables y dramáticos que quedarán en la historia grande del fútbol mundial.
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El 3-3 de la semana pasada en Montjuic fue apenas una aperitivo de la obra maestra que nerazzurri y azulgranas plasmaron en el Giuseppe Meazza, con un 4-3 que se prolongó al tiempo extra gracias al dramático empate interista en los descuentos cuando los catalanes ya acariciaban la final.
Pero no solo fueron los goles. La ovación es por el nivel de juego, la inteligencia táctica del Inter, el arrojo desenfadado del Barcelona, la atajadas del suizo Yann Sommer y los regates de Lamine Yamal.
¿Cómo clasificó el Inter de Milán a la final de la Champions League?
Fue una locura de partido, y de eliminatoria. El Barça luchó contra todo pero no pudo, y fue debido en parte a errores propios que a estas alturas se pagan caro. Tanto en Montjuic como en San Siro. Pero Barcelona también mostró su fe, su filosofía de no rendirse nunca y su gran talento ofensivo. Estuvo a minuto y medio de ir a Munich a la gran final, pero la prórroga les envió para casa sin premio.
La primera parte fue azulgrana en dominio y posesión pero nerazzurra en goles.
Sin embargo, Barcelona fue otro en la segunda parte. Los de Flick creyeron y lograron tres goles para darle la vuelta a la tortilla. Pese a tener enfrente a un Inter que seguro es el mejor equipo defensivo de esta Champions y donde el suizo Sommer jugó un partido para los libros.
A los 87 Raphinha puso el 3-2, le dio vuelta el partido y todo parecía servido para que Barcelona jugara su primera final de Europa desde la partida de Lionel Messi, marcando todo un cambio de era. Pero no. El central Francesco Acerbi, en una acción aislada y con los catalanes increíblemente mal parados, en casi la única llegada interista al área de Wojciech Szczesny en la segunda parte, marcó en el tercer minuto de descuento.
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El Barça lo tenía hecho, con épica, buen juego y tres goles. Pero este Inter, con nada, te hace mucho. Y el Barcelona no esperaba ese mazazo, menos aún tras ver a Lamine Yamal estrellar un balón en el palo y poner de nuevo a prueba al crucial Sommer. Quizás el golpe moral de recibir un gol en el descuento tras remontar un 2-0 adverso fue demasiado para este Barcelona que llega al alargue muy cansado físicamente y que tiene muchísimo talento pero en piernas muy verdes, muy jóvenes, que no están acostumbrados todavía a esta tan alta intensidad en unas semifinales de ‘Champions’.
Y en la prórroga, con el Barça algo apagado, llegó el 4-3 para el Inter en la primera jugada hilvanada, culminada por Davide Frattesi dentro del área ante la impasividad reiterada de la zaga catalana.
El Barcelona no se rindió, le rindieron. Sobre todo Sommer, que bajó la lluvia en Milán evitó de manera increíble el 4-4 en los pies de Yamal.
Todo ese talento del joven Yamal no estará sobre el pasto del Allianz Arena para la gran final en Munich el 31 de mayo, pero tal como Messi y Cristiano Ronaldo, tarde o temprano llegará su hora de levantar “La Orejona”. La del 2025 no, que será del Inter o del ganador del partido de mañana entre el PSG y el Arsenal.