PINEHURST, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — Rory McIlroy logró su primera ronda libre de bogeys en un major desde hace 10 años, la última vez que ganó uno de estos torneos, y cerró el jueves compartiendo con Patrick Cantlay la cima del U.S. Open. El norirlandés firmó una tarjeta de 65 golpes, cinco bajo par de la cancha.
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McIlroy fue apenas una de las dos tarjetas sin bogey de la jornada entre 156 jugadores, toda una rareza en el campo número 2 de Pinehurst. Coronó su recorrido con un putt de 20 pies para birdie en el hoyo 18. Daba su cuarto paso hacia el hoyo pero cambió de trayectoria cuando se dio cuenta que la pelota entró, antes de dirigir un saludo a la multitud en el graderío de dos niveles.
Eso fue quizá lo único que no salió como McIlroy pensaba.
“No estaba alardeando. Pensé que me había quedado corto. Pero la pelota entró, y fue algo bueno. Fue una buena manera de terminar. Por la forma en que jugué hoy, en que golpeé la bola y en que me conduje, siento que el marcador es bastante merecido”, contó tras el recorrido.
McIlroy hizo noticia fuera de los campos de golf esta semana al anunciarse que había desistido de la solicitud de divorcio que había interpuesto hace un mes, en una corte del estado de Florida, para poner fin a su matrimonio con Erica Stoll. “En las últimas semanas, nos dimos cuenta que nuestro mejor futuro es juntos como familia”, dijo el norirlandés a The Guardian.
El número uno del mundo no tuvo un buen día
Cantlay jugó por la mañana, bajo un sol radiante. Recompuso la marcha desde una trampa de arena para un birdie en su segundo hoyo. Logró un par de putts para birdie en el rango de 20 pies, durante una ronda casi impecable, afectada sólo por un bogey.
El campo 2 de Pinehurst permitió jugar, lo que llevó a que más de una docena de golfistas quedara por debajo del par.
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Scottie Scheffler, campeón del Masters, no fue uno de ellos. El golfista número uno del mundo, quien venía de lograr su quinto triunfo del año en el Memorial la semana pasada, fue la imagen viva de la frustración, afeitado y con un nuevo corte de cabello, pero sin lucir su control habitual en los tiros de salida. Aun así logró un 71 y estuvo en la pelea.
Otra mala ronda de Tiger Woods
Tiger Woods no puede decir lo mismo. Luego de un buen inicio, incurrió en cinco bogeys para firmar una tarjeta de 74 golpes. Fue su duodécima ronda consecutiva en majors sin ubicarse debajo del par.
El legendario jugador tiene un calendario reducido, esencialmente solo dedicado a los majors, y por primera recibió una invitación especial para jugar el US Open, ya que no cumplía con ninguna de las condiciones para clasificar a un torneo que no disputaba desde el 2020.
