Cuando tenía 19 años, Latin Lover tomó la decisión de dejar su natal Monterrey, Nuevo León, con la intención de encontrar mejores oportunidades en Estados Unidos, pensando en el sueño americano.
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Al llegar a Texas, como migrante, el atleta encontró trabajo haciendo limpieza, pero en las noches fungía de stripper en centros nocturnos, gracias al físico que tenía.
Así llegó a la lucha libre Latin Lover
Sin embargo, en 1992, la lucha libre fue una salida para todos sus problemas, por lo que se dio su debut oficial en los encordados.
La Arena Solidaridad lo vio dar sus primeros pasos en este deporte, cuando se enfrentó al equipo de Comando Ruso, todo bajo el mote de Latin Lover Enmascarado.
Al principio, Víctor Reséndez, su verdadero nombre, inició su camino en el deporte con máscara, pero perdió la identidad ante Sangre Chicana y Sanguinario, en una triple amenaza en la que fue revelada su identidad.
Tras un lapso corto siendo parte del Consejo Mundial de Lucha Libre, Latin firmó contrato con la Triple A, en 1994, empresa en la que tuvo sus mejores momentos.
Durante algunos años, Lover fue figura de la empresa de Antonio Peña, al grado de ser considerado uno de los estandartes del éxito.
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Y es que, el regiomontano era del agrado de muchas aficionadas, que se enamoraron de su carisma, aunque también de su físico.
Diversos problemas lo alejaron de los encordados y, en 2014, se retiró de manera oficial, en gran medida porque su carrera dio un giro.
Latin entró de lleno en el mundo de la farándula y eso lo alejó del deporte. Incluso, el luchador incursionó en la cinta “Roma”, compartiendo créditos con Yalitza Aparicio.
El luchador ha tenido problemas en la espalda
Hace unos días, Lover dio a conocer que se sometió a una operación de columna, por los daños que dejó el camino en la lucha libre.
Sin embargo, a sus 55 años, el esteta luce bien, pese a que tendrá que someterse a otra intervención quirúrgica, ahora de las cervicales.
“Estamos acostumbrados a subir a las redes sociales sólo cosas bonitas como si todo fuera perfecto, la realidad es que no lo es. Lo único perfecto es Dios.
“Tuve una cirugía de columna por la mañana, y aunque a lo largo de mi vida he tenido varias, les confieso que sentí miedo. Gracias a Dios salí bien, pero falta otra cirugía de cervicales”, detalló en su cuenta de Twitter.
