DOHA (AP) — Christian Pulisic arriesgó el físico por su país, al anotar el gol que instaló a Estados Unidos en los octavos de final del Mundial y provocó que el delantero fuera trasladado al hospital.
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Llevándose un tremendo golpe con el arquero Alireza Beiranvand, Pulisic anotó a los 38 minutos el tanto que marcó la diferencia el martes en la victoria por 1-0 ante Irán en un partido cargado de ribetes políticos.
Más de una hora después de acabado el duelo, Pulisic contactó a sus compañeros vía FaceTime para sumarse al festejo.
“Cada uno de nosotros está dispuesto a dejarlo todo en la cancha para que este equipo salga triunfante", afirmó el volante estadounidense Weston McKennie.
De vuelta en un Mundial tras perderse la edición de 2018, Estados Unidos empezó el torneo con empates ante Gales e Inglaterra y no tenía otra opción que vencer a los iraníes para clasificarse a la fase de eliminación directa. Lo logró para apoderarse de la segunda plaza del Grupo B con cinco puntos, dos detrás de Inglaterra, y se medirá con Holanda el próximo sábado. Intentarán alcanzar los cuartos de final por primera vez desde 2002.
“Siempre digo que nos toca luchar contra el mundo”, afirmó el atacante Tim Weah. “Nadie se cree que Estados Unidos puede jugar bien al fútbol”.
Pulisic quedó tendido en el césped durante tres minutos mientras recibía primeros auxilios. Regresó al partido, pero fue reemplazado por Brenden Aaronson al inicio de la segunda parte.
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“Le mandé un mensaje de texto y le pregunté cómo estaba. Nada más dijo: ‘Cuenten conmigo para el sábado’", indicó McKennie.
El técnico de Estados Unidos Gregg Berhalter dijo que Pulisic debió ser trasladado al hospital como precaución tras sentirse mareado y para someterse a radiografías por un golpe en la zona abdominal.
“Ese es el espíritu estadounidense, la manera de jugar de este grupo y creo que la gente lo valorará”, señaló Berhalter.
Irán quedó en el tercer puesto de la llave y sigue sin poder sortear la primera fase de un Mundial en seis presentaciones.
“El sueño se acabó”, dijo Carlos Queiroz, el técnico portugués de Irán. “Estados Unidos empezó mejor el partido, con más vértigo que nosotros, con más control del juego”.
Estados Unidos fue más incisivo y logró abrir la lata cerca del descanso con un cambio de frente hacia la derecha de McKennie a Sergiño Dest, quien peinó el balón al corazón del área, donde Pulisic llegó para empujarlo al fondo.
Fue un partido de alto voltaje debido a las tensas relaciones entre Estados Unidos y el gobierno de la República Islámica. Irán también tenía en el recuerdo haber derrotado a los estadounidenses en Francia 1998, resultado que decretó su eliminación.
Los protocolos previo al encuentro fueron normales, a diferencia de 1998, cuando los iraníes entregaron flores blancas a sus rivales y los equipos posaron juntos para la foto.
La presión de Estados Unidos encontró recompensa cuando McKennie mandó su pase a Dest. Pulisic arremetió por todo el centro del área, internándose entre Ramin Rezaeian y Majid Hosseiniand. Moviendo su cuerpo hacia adelante, Pulisic empujó la pelota con el pie derecho para marcar su 22do gol con la selección y el primero en un Mundial.
Con Inglaterra rumbo a una victoria 3-0 sobre Gales, Irán entendió que tenía que empatar para clasificarse y se puso las pilas. No fue hasta los 52 que el equipo de Queiroz tuvo su primer remate al arco defendido por Matt Turner, con un cabezazo de Saman Ghoddos que se fue apenas por encima del travesaño.
Saeid Ezatolahi también lo tuvo a tiro a los 70 con un remate que mandó alto. Estados Unidos sufrió en la prolongación de nueve minutos, primero con un cabezazo picado de Morteza Pouraliganji y el zaguero Walter Zimmerman despejó a tiempo un balón suelto con el arco vacío tras el remate de Mehdi Taremi.
“En el primer tiempo demostramos lo que somos capaces de hacer en cuanto a calidad futbolística”, señaló Berhalter. “En el segundo tiempo demostramos lo que podemos hacer en cuanto a determinación. Vamos invictos a la segunda ronda”.