El nombre de Julio Gómez tomó mucha fuerza en 2011, cuando la Selección Mexicana Sub-17 se coronó en el Mundial.
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“La Momia”, como fue apodado el futbolista, fue pieza fundamental para que el Tricolor cosechara la Copa del Mundo.
El jugador de los Tuzos del Pachuca tenía un futuro espectacular, al grado de que muchos expertos lo veían como una joya del balompié azteca.
Tras ser campeón, el proceso de Julio dio pasos agigantados, pues de inmediato fue enviado a Primera División.
Uno de los momentos épicos de Gómez se produjo en la Semifinales, cuando anotó un gol de chilena ante Alemania.
“La Momia” fue nombrado Balón de Oro del certamen, por encima de hombres como Marquinhos, hoy jugador del PSG, y Lucas Ocampo, elemento del Sevilla.
Ese mismo año que fue campeón, Julio debutó en el Máximo Circuito, pero no pasó mucho y, en 2014, fue enviado a Chivas.
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Su carrera parecía tomar un rumbo importante cuando llegó al Rebaño, aunque fue todo lo contrario.
Poco a poco vino la debacle, ya que Gómez pasó por la Liga de Ascenso, en donde tampoco pudo destacar.
Años más tarde, el elemento tomó la decisión de irse a Estados Unidos, para reencontrase con su familia.
En suelo estadounidense, Julio retomó la pasión por el fútbol. Sin embargo, todo desde el sector amateur.
De hecho, hace algunos días, “La Momia” presumió en redes sociales un título más en su carrera.
Y es que, el mediocampista fue campeón con el equipo Chapecoense, un club amateur en Estados Unidos.
“En mi caso fueron varias circunstancias las que me orillaron a no triunfar: las lesiones, algunas compañías y eso siento que fue. Las oportunidades siempre las tuve, pero fueron malas decisiones mías, aparte tenía 17 años, era muy joven para asimilar todo lo que yo había vivido y a mí me llegó muy rápido la fama.
“Tuve una discusión después del Mundial con Marco Garcés y Andrés Fassi por contrato, no firmé y, desde ahí, me los puse en contra. Me mandaban a préstamo a varios equipos y cuando se me acababa el préstamo regresaba y me decían que no entraba en planes, que le hiciera cómo quisiera, en ese entonces, existía el pacto de caballeros”.
— Julio Gómez, exjugador profesional
Gómez fue un “Niño Héroe” de esa generación. Sin embargo, la fama lo atacó y se quedó sólo en una promesa.
Ahora, alejado de los reflectores, el mediocampista sigue apasionándose por el fútbol, pero desde una trinchera muy diferente a la Primera División.