Jorge Masvidal y Colby Covington protagonizaron uno de los episodios más extraños de la última época en UFC.
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Y es que, en redes sociales, corrió el rumor de que los gladiadores se agarraron a golpes en un bar de Miami, Florida, luego de que se vieron las caras en el octágono el pasado 5 de marzo.
La historia en Jorge y Colby es larga, pues pasaron de ser grandes amigos a odiarse como rivales en la lona.
En esta ocasión, el cinturón de peso welter no fue el que estuvo en juego, pues la rabia de Masvidal es lo que los llevó a pelear sin desenfreno en un bar.
La contienda en el octágono dejó como vencedor a Colby, situación que dejó enojado a Jorge, quien se mantiene con sed de venganza.
Según lo dicho por varios testigos, el enfrentamiento se dio a puño limpio, pero la policía alcanzó a separar a los peleadores.
El portal de noticias TMZ Sports difundió diversos videos, en los que se ve a los gladiadores rodeados de elementos de seguridad.
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Masvidal ha estado muy activo en redes sociales, asegurando que todo lo dicho por la prensa es una mentira.
Incluso, le pidió a Colby que hiciera un video mostrando su rostro, con tal de esclarecer los rumores que los rodean.
“Muestra la cara. Enseña cómo quedaste. Soy de Dade County, aquí lo que hablas lo sostienes. Así es como se resuelven las cosas en mi barrio”.
— Jorge Masvidal, peleador de UFC
Tras lo dicho, y por los videos que salieron a la luz, Jorge tuvo que entregarse a la policía de Miami, para enfrentar los cargos de violencia.
De hecho, todo parece indicar que deberá pagar 15 mil dólares, para así poder llevar su proceso en libertad, sin pisar la prisión.
Los primeros informes de la autoridad detallan que Covington fue golpeado en la boca y el ojo, situación que desencadenó el conato de bronca.
La polémica ha rodeado a los peleadores desde hace varias semanas, pues en un abrir y cerrar de ojo pasaron de la amistad al odio.
Ambos nacieron deportivamente en American Top Team, por tal motivo se convirtieron en grandes compañeros.
De hecho, el equipo de artes marciales mixtas tuvo que alternar los horarios de entrenamiento, pues cada que se encontraban se querían arrancar la cabeza.
