La lucha libre mexicana tiene grandes nombres en su historia. Sin duda, uno de ellos, es El Satánico, esteta con más de 47 años de trayectoria en los encordados.
Daniel López, nombre real del atleta, es uno de los pilares más importantes de la vieja escuela. De hecho, ha fungido como maestro de muchos luchadores contemporáneos.
Satánico fue líder de “Los Infernales”, una de las tercias más sobresalientes en los cuadriláteros, con movimientos espectaculares del estilo clásico.
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Desde algún tiempo, Daniel se mantiene retirado del ring, siendo pieza fundamental con los nuevos valores del Consejo Mundial de Lucha Libre.
En específico, el legendario esteta enseña en Guadalajara, de donde es originario. Bajo un estilo único, El Satánico intenta pulir a sus pupilos, para que surjan nuevos ídolos de los encordados.
Gran Metalik, Tritón, Averno y Mephisto son algunos de los alumnos más destacados, quienes actualmente integran las principales carteleras de lucha libre.
López comenzó sus primeros pasos como gladiador, gracias al trabajo de Cuauhtémoc “Diablo” Velasco, de quien también aprendió los dotes de la docencia.
Pocos recuerdan su debut en los encordados, pero se dio el 17 de junio de 1973, cuando tuvo su primera oportunidad en una función.
Aquella noche, Daniel no subió al cuadrilátero con su histórico nombre, sino lo hizo bajo el seudónimo de Principe Negro, ya que fue remplazo de su compañero para enfrentar en mano a mano a Saeta Negra.
Sin embargo, al no quedarle bien la vestimenta, tuvo que utilizar la de El Monarca, uno de sus grandes compañeros.
“Me aventé como ‘El Borras’, tomé el camión para llegar a la función de matiné que era al mediodía. Cuando me presento, mi sorpresa es que en el evento estelar estaba Huracán Ramírez, uno de mis grandes ídolos. El promotor me vio en vestidores y me preguntó quién era, le dije que yo era Príncipe Negro y me dijo que estaba loco, que era un luchador muy conocido allá. Resulta que tenía la lucha Semifinal y yo jamás había pisado el ring”.
— El Satánico, luchador mexicano
Pronto en su carrera, El Satánico perdió la identidad, al caer en un combate en la Arena Coliseo de Guadalajara, ante El Vengador, en una función realizada el 4 de enero de 1976.
“La ilusión de todos cuando comenzamos en la lucha libre es la máscara, en mis tiempos por la idolatría al Santo; el Sr. Pedro Martínez fue quien me hizo la primera máscara que aún conservo”.
— El Satánico, luchador mexicano